Pasión futbolera explota

Después del receso vacacional hemos regresado con el ímpetu sobrecargado y al mismo tiempo con el inicio de la temporada de futbol a nivel mundial. Si es tiempo de hablar de futbol otra vez, es tiempo de renovar esperanzas e ir viendo como las semanas pasan para ir marcando el camino de nuestros equipos favoritos.

Este fin de semana se suscitaron dos partidos de alto octanaje, de esos partidos que se esperan durante toda la temporada.

En Alemania se jugó la Super Copa de dicho país, en donde el Ballspielverein Borussia 09 e.V. Dortmund mejor conocido como Borussia Dortmund se enfrentó en el Signal Iduna Park a su rival por excelencia, el FC Bayern Munich. Lo que resulta una exquisitez verlos jugar, porque en la Budesliga, así como en la mayoría de las ligas importantes de Europa, solo existen 2 o 3 equipos que sobre salen de los demás, entonces es frecuente verlos en este tipo de instancias y compitiendo por un trofeo “mas” que galardonará sus vitrinas. Sin embargo, la vertical de este partido se centra en que el BVB 09 trate de vencer al equipo más poderoso de Alemania, al equipo que compite por ser el mejor del Europa y por supuesto, del mundo entero, a eso juega el Dortmund. Lo cual, si me preguntan, me parece un poco desapasionante desde otro punto de vista (no el mío, claro está) y me parece que está lejos de que sea una competencia que permita a los ahora dirigidos por Bosz a buscar ese lugar en puestos europeos en donde solo existen a lo mucho 10 equipos, máxime cuando existen otras escuadras que tienen la ventaja o desfachatez de pagar una cláusula de recesión de mas de 200 millones de euros, así de dispareja es la competencia, así con esas diferencias el Dortmund pelea a cada palmo contra uno de los mejores del continente y con gusto para muchos, ha logrado estar a la altura (por momentos) de los grandes.

En la liga local ya ha iniciado la temporada, ya se juega la jornada 3 y así de rápido han decidido calendarizar un partido como América – Pumas, un partido que he vivido muy de cerca y puedo hablar de experiencia propia, lo apasionante que es. Utilizar la palabra “clásico” es hablar muy subjetivamente, yo prefiero decirle pasional, tan pasional como el Monterrey – Tigres. Ganar o perder contra el rival capitalino se siente, y se siente en lo más profundo del orgullo futbolístico, el ganar, además de los 3 puntos, da una satisfacción especial, viste el panorama y da un empuje al equipo para encarar los siguientes enfrentamientos, al aficionado da esa complacencia que dura por mas de 2 días. El perder hace que simplemente sientas el deseo de que pasen rápidamente los días para olvidar el trago amargo, hace que no quieras ver nada de futbol durante la semana porque te recuerda al odiado rival, hace que tengas que buscar pretextos para no hablar del tema y obviamente no quieres ver ningún tipo de publicación acerca del resultado. Y esto, mis queridos lectores se siente igual para ambas aficiones e instituciones. El problema surge cuando se desmide la pasión y de las burlas mal intencionadas se pasa a la violencia injustificada y fuera de lugar, que van acompañadas de un sentimiento de venganza y frustración, mala combinación. La línea que divide a la pasión del fanatismo es muy delgada y se puede retozar con amplia facilidad.

Es así como regresamos con este blog, que toma cuerpo y fuerza, y que por primera vez agradezco su visita. Muchas gracias.


Oscar Ocampo 

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