Basta de fútbol
¿Qué es lo mejor?, ¿buscar un
culpable, hacer comparaciones, asignar responsabilidades o simplemente seguir
soñando?
Podemos hablar infinidad sobre un
solo partido, podemos criticar hasta el cansancio a un equipo sin pies ni cabeza,
pero lo único cierto es que cuando las cosas no funcionan hay que buscar algo
que se llama “causa raíz”, no hay que ser un experto para darse cuenta que el
problema no es el director técnico en curso, el problema va mas allá de lo que
es tangible y visible. Me refiero a que las decisiones que se han tomado a lo
largo de los años han afectado al deporte más seguido y más jugado en México.
El tener a un monopolio dominando
el futbol y manejarlo como una empresa es lo que verdaderamente afecta al deporte
nacional, pero entonces, si todos sabemos cuál es el problema, ¿Por qué no se
resuelve?, porque los resultados económicos son positivos siempre y cuando la
Selección Mexicana de Futbol califique al mundial de cada 4 años. Sí juega bien
o mal, sí se pasa al quinto partido o si perdemos contra Argentina no importa,
porque así es nuestra idiosincrasia, porque las cosas no se planean a fondo.
Lamentablemente todo esto sale a relucir mas, porque con una serie de cambios
que se hubieran realizado muchos años atrás, hoy podríamos estar hablando de
una prometedora representación de futbol, muy interesante y muy capaz de trascender.
El nivel individual es bueno, es de los mejores en la historia, pero se ven
afectados por el sistema en el que se desarrolla el mayor organismo deportivo del país que está
lleno de ambiciones e intereses mal encaminados.
Es buen momento para copiar (una
vez mas) al futbol argentino, ellos han regresado a torneos largos, ¿Por qué?, porque
se han dado cuenta que es una de las muchas cosas que se necesitan para
mejorar, porque están cansados que no pueden ser campeones del mundo solo con
estrellas individuales. Pero no, la Federación Mexicana de Futbol prefiere
aumentar el número de plazas extranjeras por equipo, que formar un verdadero
semillero de jóvenes mexicanos, porque siempre existen intereses de por medio
que benefician a promotores y gente que vive lucrando al deporte que mueve masas en este país.
Se precisa de una reestructura a
fondo para poder planear y lograr hacer algo importante en un lapso de mínimo
12 años, no esperemos a que en el 2018 las cosas vayan a cambiar, “el tri” está
prácticamente calificado al evento del próximo verano y con eso es más que
suficiente para la gente de pantalón largo.
Así que no perdamos de vista a
los directores técnicos que estén de moda en la liga local durante el próximo torneo
de invierno en el 2017 y verano 2018, porque al parecer esa es la metodología que
se utiliza para designar al seleccionador. Así sucedió con Miguel Herrera
(campeón con América), José M. de la Torre (campeón con Toluca), Javier Aguirre
(campeón con Pachuca), Ricardo Lavolpe (campeón con Toluca) y una infinidad de
casos que se repiten ciclo tras ciclo cuando las cosas no resultan como esperan
los “dueños” del balompié nacional. Hoy ya se habla de que quizá Matías Almeyda
sea una posible sustitución de Juan Carlos Osorio porque como lo hemos dicho,
siempre se busca al técnico de moda o al técnico ganador, salvo casos asilados
donde se ha querido hacer algo “diferente”, como sucedió con Sven-Göran Eriksson y ahora
con el técnico colombiano.
Así pues, está por terminar la
ante sala de lo que es el evento y prueba principal, otra vez, del futbol
mexicano, en la cual, muchos de los aficionados a este bello deporte (me
incluyo) estaremos al pendiente de lo que sucede desde las eliminatorias,
sorteo, grupos y por su puesto la patada inicial que llegara con la renovación
de esperanzas de jugar el tan ansiado quito partido, que de lograrlo por
cualquier circunstancia, no será la resolución de lo que se necesita, pues como
lo he comentado hasta el cansancio, solo hemos visto la punta de un iceberg que al parecer no tiene fondo.
Pero basta de hablar de fútbol,
ya que a todo aficionado le sucede, que luego de una derrota como la del jueves
pasado nos llega una esa “resaca” futbolera y no hace buscar conforte en una
realidad que el deporte no puede dar. Solo recuerde estimado lector, “el futbol
es lo más importante de lo que menos importa”.
Oscar Ocampo
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