Las rotaciones de Osorio

En publicaciones anteriores he descrito y comentado una opinión o mejor dicho una reminiscencia acerca de un evento o acontecimiento propio, pero en esta ocasión, ya que así lo amerita, quiero hacer un análisis de lo que ha sucedido en estos tres partidos de la Selección Mexicana de Fútbol en la Copa FIFA Confederaciones.

Las famosas y muy criticadas rotaciones de Juan Carlos Osorio. Todos en el medio futbolístico hablan de ello cuando de la Selección Mexicana se trata, son más los detractores que las opiniones que lo apoyan, pero en todas las ruedas de prensa y entrevistas el director técnico da argumentos que a mi parecer son bastante válidos, no se limita a dar el discurso sobrado y repetitivo que se tiene luego de cada derrota, triunfo o empate, esto demuestra su amplio conocimiento y responde con seguridad porque sabe de lo que está hablando, se siente seguro con su forma de trabajo, y eso es algo que en cualquier rubro no se puede ocultar.

Solo hay que hacer un poco de memoria para recordar que en cada proceso mundialista o en cada cambio de director técnico tienden a ser muy criticados por diversas circunstancias, como las formas de jugar, las alineaciones, los llamados a los jugadores de “confianza” y por interminables razones que finalmente desgastan la validez que pueda tener el técnico en cuestión. Durante la preparación del mundial 2002 Javier Aguirre hizo llamados a innumerables jugadores para partidos de preparación y como casi siempre, llegando con muchas dudas a los partidos de la fase de grupos, esta historia se ha venido repitiendo cada 4 años, ¿Recuerdan todo el debate que se hizo cuando a unas horas del debut ante Camerún no se sabía cuál sería el portero titular en el 2014 con Miguel Herrera en al banquillo? Esto siempre ha sucedido, también se han presentado casos en los que luego de dos partidos con resultados positivos el tercer juego de grupo se alinea a un cuadro alternativo para “descansar” a los que en teoría son el cuadro titular.

En el fútbol como en cualquier profesión, trabajo o escuela los resultados son los que demuestran tu verdadero compromiso, son los que te respaldan ante alguna adversidad o ante las dudas que tu desempeño genera, si no das buenos resultados para la compañía en la trabajas, si no das buenos resultados en la escuela que asistes o si no tienes buenos resultados en la vida misma simplemente hay cosas que estás haciendo mal, pueden tacharme de “resultadista” pero finalmente las estadísticas de este director técnico sobrepasan a las de cualquier otro. A su favor, y muy a su favor, puedo decir que Osorio es un estudioso del fútbol, es muy metódico y puede analizar a cada rival de manera distinta hasta el cansancio, esta podría ser la principal razón de tantos cambios realizados de un partido a otro. Además, tiene todo el derecho de hacerlo, no por nada están convocados por reglamento 23 jugadores, todos disponibles y cada uno para una función distinta dentro del terreno de juego, eso él lo sabe. No es un técnico que realice cambios habituales o de rutina, como la mayoría lo hace, posiblemente por esto hay muchos que están en desacuerdo con él, porque no realiza las cosas que estamos acostumbrados a ver y cuando alguien hace algo distinto simplemente lo tachamos de “loco”.

Hace poco escuche un comentario de un analítico de fútbol que textualmente decía: “cambiar a tantos jugadores de un partido a otro no es normal, eso no existe dentro del fútbol”, pero solo porque no exista, ¿está mal hacerlo?

Son 7 puntos que logro en un grupo con dos equipos europeos, los mismos logrados por Javier Aguirre en 2002 que, dicho sea de paso, ha sido la mejor primera fase que recuerdo en un mundial, ha sido la mayor cantidad de puntos lograda desde entonces. Y si, el desempeño ha sido pobre, el funcionar del equipo deja mucho que desear y que de seguir jugando así, un equipo como Chile podría recordarnos otra vez el 7-0 y darle la razón a los que están en contra de este nuevo cuerpo técnico que comanda a la selección. Pero sé que muchos de los que me leen estarán de acuerdo conmigo que es preferible jugar así y ganar, que jugar como aquel partido en Leipzig, Alemania en el 2006 y terminar perdiendo y quedar tendidos en la grama con un nudo en la garganta por decir que ni jugando así nos alcanzó.

Creo que es momento de cambiar la famosa frase: “Jugamos como nunca y perdimos como siempre” por una que recite constancia y éxito como: “Jugamos como siempre y ganamos como de costumbre”.

Oscar Ocampo

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